La sensación de sus labios secos, etéreos.
El suave susurro y pálpito.
Tendidos sobre la sábana negra
con muchos olores, me lo imagino.
Mordiendo cada segundo que no pasa,
en el hipertiempo más común.
Así puedo sentir, surgiendo lentamente,
una sarta de súbitas expectativas.
El olor a cansancio,
el esperado auge,
la condena a no sentir,
quiero verlo.
lunes, 5 de abril de 2010
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