Imparto clases de necrología,
destruyo inocencia santa sacrílega,
mas no me importa si el dinero entra
por mis orificios nasales llenos de hipocresía.
Paquetes de plásticos llamativos.
Juguetes que impiden imaginar.
Pogramas imponentes
y softwares que no escuchan.
Creo y mato a quien mi jugador desee
con potentes armas y gatos.
Porque esto es
mierda digital,
droga lícita,
religión de doble cara.
Ámame.
Ámame.
lunes, 28 de diciembre de 2009
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